Pensaba que mi vida estaba
arreglada, un gran trabajo, una esposa, una hija, una casa grande. Todo lo que
fui construyendo ya estaba terminado. Pensaba que había obtenido todas las
victorias, que un hombre podría tener.
Sin embargo, todo se derrumba
cuando te das cuenta que tu mujer es infiel. Pensándolo bien nuestra relación
siempre estuvo vacía.
Nuestras familias conservadoras,
todos aparentan ser perfectos, mi hermano mayor un cura, es el orgullo de
la familia, yo…un abogado…en proceso de divorcio.
Desde que me entere del engaño de
mi esposa, me fui de la casa arrendé un departamento cerca de mi trabajo, llevo
3 meses alejado de todos, no quiero las típicas conversaciones familiares, no
quiero que me digan que arreglemos las cosas, estoy tan cansado de esa vida
vacía.
Tengo 39 años y voy a comenzar
todo de nuevo, nunca viví solo antes, los días al volver al departamento
se han vuelto tan deprimentes. Solo hay algo que tranquiliza mis tardes, el
sonido de un violín sonando en la calle.
Al mirar por el balcón veo siempre
a un estudiante tocando el violín.
-Debería salir un rato de esta
cueva.
Me dirigí a la plaza que está
abajo, me senté en una banca a escuchar al muchacho tocar violín, su música
llegaba directo a mi corazón haciéndome olvidar por un momento todos los
problemas de mi vida. Cerré mis ojos y solo me deje envolver por su melodía,
sin pensar en nada, solo yo y la música.
Al cabo de un rato mi nariz se
comenzó a congelar de frío, mire al muchacho, parecía tener unos 14 años, su pelo
era castaño claro, no parece que la pubertad hubiese llegado a él, tiene una
mirada perdida y triste, sus dedos se veían rojos de frío.
De pronto él dejó de tocar y
comenzó a guardar sus cosas, me acerque y le dejé unos billetes en el estuche
que tenía en el suelo.
-Muchas gracias por tu música…hoy
salvaste mi día.
Otro día, mismo trabajo…ver las
injusticias de este mundo. Antes trabajar era todo para mí, ahora estoy vacío.
Antes llegaba a casa me recibía mi
esposa, mi hija una adolescente rebelde, me contaba cómo iba todo en su mundo,
cenábamos en familia, conversábamos un poco y luego revisaba algunos papeles de
la oficina.
Ahora llego a mi departamento y no
hay nadie, un espacio vacío tan vacío como yo.
-Que invierno más frío.
La música suavemente comenzó a
inundar la habitación, como si este espacio vacío comenzara a inundarse de
colores.
Baje hacia la plaza, para escuchar
la música mas cerca, su interpretación es perfecta, pese a su corta edad.
De pronto comenzó a llover, sin
pensarlo me acerque a él y le ayude a guardar sus cosas luego corrimos a
refugiarnos en un toldo de un café.
-¿Quieres tomar un café?-le dije.
El bajo la mirada, no contesto mi
pregunta, solo se quedó callado sujetando el violín.
-No soy ningún depravado, estas en
un lugar público. Solo quiero agradecerte por tu música, de verdad mejora mi
día.
-eehh…mmmm…está bien. –contesto
titubeando.
Nos sentamos en el café, el
sacudió su pelo que se había mojado con la lluvia. Él pidió un chocolate
caliente y yo un cappuccino. Hacia tanto frío que algo caliente es un agrado.
-¿Qué edad tienes?-pregunte.
-eehh…18...
-No te ves de esa edad, pareces
mas pequeño.
-Vas en cuarto medio.
-No,…voy en segundo medio…perdí
unos años.
-¿Estas en una escuela de música?
-Es un liceo artístico.
El continuaba muy callado y
contestando lo justo, seguro estaba mintiendo con su edad, a lo máximo debe
tener unos 14 años, ¿porque me estará mintiendo? Acaso siente que soy una
amenaza, Soy un hombre de 39 años, ¿Que estoy haciendo en un café con un
adolescente que podría ser mi hijo? Los ojos del muchacho mostraban mucha
incomodidad.
-¿Estas juntando dinero? ¿Por eso
tocas en las calles?-note que a cada pregunta que le hacia el reaccionaba
sobresaltado.
-Lo hago porque quiero ir a
estudiar a Alemania…pero si obtengo la beca tengo que costearme el pasaje de
ida.
-Tu mamá debe estar muy orgullosa
de ti, tienes un gran talento.-bajó ligeramente la mirada y miro hacia la
ventana, afuera llovía intensamente, su mirada era muy triste.
-Tu interpretación es realmente
maravillosa, era Mendelssohn cierto?
-Si, Concierto en E menor, Op. 64. II Andante, es uno de mis favoritos.
-Tu música
hace me olvide por completo lo tediosa que es mi vida…sabes cuando era joven
quería ser violinista.
-Ah ...y ¿Porque no estudio
música?
-Porque mi familia es muy rigurosa
y tenía que elegir entre lo tradicional, al final decidí ser abogado, quería
hacer algo por la gente, ayudar con las injusticias, eso pensaba…Pero ahora sé
que la justicia es injusta.
Luego de un silencio él dijo.
-¿Porque no aprende música
ahora?
-Ya es muy tarde el tiempo
se me paso, Trabajando, trabajando, ahora que lo pienso, no he hecho realmente
algo que yo quiera, solo he cumplido con lo que la gente esperaba de mí,
estudiar, trabajar, casarme, tener una hija, una casa un auto, y así… ahora ese
castillo se derrumbó.
-Una persona me dijo que el
tiempo no fue ayer ni mañana, el tiempo es ahora, y en el ahora es donde
estamos vivos, es este el momento de hacer lo que uno desea.
-Pensar así es muy hermoso
pero, como adulto tengo muchas responsabilidades que afrontar, me estoy
divorciando, la relación con mi hija no es buena. Mi familia está muy
decepcionada.
-Por eso mismo, aprender
música, sería como un escape, a mí me sirvió…si quiere…tal vez… eh…eh…-dudo
mucho en decirlo, miro hacia abajo avergonzado.
-Dime.
-Yo podría enseñarle a tocar
violín.
-No esperaba eso, no lo
sé…tengo que pensarlo.
De pronto sonó su celular.
-Aló?
-Si ya voy, nos juntamos
donde siempre…ok-dijo y colgó el celular.-Ya tengo que irme…-se levantó de su
asiento.
-Aún sigue lloviendo
mucho.-le dije, yo no quería que se fuera.
-No importa… tengo que
irme…gracias por escuchar mi música.-se fue rápido mientras la lluvia
caía fuerte sobre la ciudad.
Me quede solo con mis
pensamientos, pensando en mi vida, y en lo solo que estoy, el siendo tan joven
está luchando por sus sueños.
Y mis sueños, cuales son,
nunca pensé en ello, solo he cumplido los sueños de otras personas. Pero yo que
es lo que quiero.
-Espera un momento,…no le
pregunte su nombre!!
